¿Te cuesta tomar decisiones?

“Me encantaría tener el valor de pedirle un aumento de suelo a mi jefe porque creo que me lo merezco. Puede que sí se lo pido se enfade conmigo y me despida pero es que realmente he trabajado duro para poder conseguirlo y si no le digo nada­­ no me voy a quedar tranquilo. Debería decírselo y arriesgarme porque, claro, si me sale bien cobraré más pero no se sí vale la pena arriesgarme. Sí, debería arriesgarme o bueno… estando la cosa como está mejor no hacerlo…”

En algún momento de nuestras vidas tenemos que tomar decisiones que nos resultan muy difíciles por las consecuencias que éstas puedan tener, porqué no nos gusta equivocarnos y menos, tener que arrepentirnos. ¡No vuelvas a arrepentirte de una decisión! Pensar demasiado en un problema es tan malo como tomar decisiones precipitadas por lo que algunos estudios realizados por psicólogos (Ap Dijsterhuis y Zeger van Olden) sugieren que lo que debemos hacer es lo siguiente:

1) Contemplar las opciones y posibles resultados que tenemos en función de la decisión que tomemos (alquilar un piso, cambiar de trabajo, etc.) ¡Sin que nos llegue a doler la cabeza!

2) Dedicar un tiempo a realizar cualquier tipo de actividad que requiera cierto esfuerzo mental (crucigrama, sopa de letras, sudoku, etc.)

3) Volver brevemente a las posibles opciones que tenemos y finalmente tomar una decisión.

Los autores de este estudio demostraron que las personas que usan esta técnica a la hora de tomar decisiones importantes siguen satisfechas con la decisión tomada con el paso del tiempo; a este efecto los autores le llamaron la Teoría de la mente inconsciente ya que lo que hacemos es distraer a nuestra mente consciente con un crucigrama, por ejemplo, dejando a nuestra mente inconsciente trabajar realmente en solucionar nuestro problema.

Sabiendo esto… ¡Dale un respiro a tu mente consciente y a tomar decisiones!

No hay palabras más tristes del habla o la pluma que “pudo haber sido” (John Greenleaf Whittier)

Ana Boned

Psicólogo en Sabadell